Días contra el ensueño – ALEJANDRA PIZARNIK

Días contra el ensueño

No querer blancos rodando
en planta movible.
No querer voces robando
semillosas arqueada aéreas.
No querer vivir mil oxígenos
nimias cruzadas al cielo.
No querer trasladar mi curva
sin encerar la hoja actual.
No querer vencer al imán
la alpargata se deshilacha.
No querer tocar abstractos
llegar a mi último pelo marrón.
No querer vencer colas blandas
los árboles sitúan las hojas.
No querer traer sin caos
portátiles vocablos.

Sin título – BÁRBARA ALÍ

Bárbara Alí

Mi cuerpo no es tu cuerpo
mi cuerpo no es tu casa
ni cosa ni propaganda
ni tu accesorio nuevo
mi cuerpo no es un decorado
no es telón de fondo
no es vasija ni maniquí
ni espejo donde brille tu reflejo
mi cuerpo no quiere quedarse en casa
ni mucho menos ser templo en silencio
mi cuerpo no se programa no se legisla
no se esconde no es escolta
mi cuerpo no limpia no borra
las huellas de tus botas
no disimula en una reunión
mi cuerpo estalla sonríe grita
inventa pregunta horada se desata
se disuelve se recompone sueña
yo decidiré
cuándo puedas entrar
si algún día algo
puede quedarse
a vivir allí.

Quién dijo que era fácil – AUDRE LORDE

Quién dijo que era fácil

Tiene tantas raíces el árbol de la rabia
que a veces las ramas se quiebran
antes de dar frutos.

Sentadas en Nedicks
las mujeres se juntan antes de marchar,
hablan sobre las chicas problemáticas
que contratan para ser libres.
Un empleado casi blanco ignora
a un hermano que espera para atenderlas primero
y las damas no se dan cuenta ni rechazan
los pequeños placeres de su esclavitud.

Pero yo que estoy limitada por mi espejo
como por mi cama
veo la causa en el color
como también en el sexo.

y me siento acá preguntándome
cuál de mis yoes sobrevivirá
a todas estas liberaciones.

Rotundamente negra – HIRLEY CAMPBELL

HIRLEY CAMPBELL – Rotundamente negra

Me niego rotundamente
A negar mi voz,
Mi sangre y mi piel.

Y me niego rotundamente
A dejar de ser yo,
A dejar de sentirme bien
Cuando miro mi rostro en el espejo
Con mi boca
Rotundamente grande,
Y mi nariz
Rotundamente hermosa,
Y mis dientes
Rotundamente blancos,
Y mi piel valientemente negra.

Y me niego categóricamente
A dejar de hablar
Mi lengua, mi acento y mi historia.

Y me niego absolutamente
A ser parte de los que callan,
De los que temen,
De los que lloran.

Porque me acepto
Rotundamente libre,
Rotundamente negra,
Rotundamente hermosa